La ciudad de México fue provincia de España, a esa época se le llamó Virreinato, el más importante en América. La capital erigió capillas, iglesias, catedrales, conventos y hospitales con su mezcla favorita: el tezontle y la cantera.

Hoy en día la capital sigue guardando en sus entrañas uno de sus rostros más barrocos: las iglesias novohispanas construidas entre los siglos XVII y XVIII.

Ignacio de Castera, Cristóbal de Medina Vargas y Pedro de Arrieta fueron sus tres arquitectos más importantes. La fuente de Salto del Agua, Santa Teresa la Antigua y el Palacio de la Inquisición, respectivamente, son una pequeña muestra de los más de 50 edificios que se conservan en el kilómetro cero de nuestra ciudad. Muchos de estos templos hoy son bibliotecas públicas, museos, hoteles o archivos.